Los cursos de Práctica de Campo 1 y 2 de la especialidad de Antropología de la PUCP son una experiencia dirigida a desarrollar habilidades de interrelación con la población, observación sistemática y descripción ordenada del contexto etnográfico. Estos cursos, fundamentados en los principios de la responsabilidad social universitaria, enfatizan el reconocimiento positivo de la diversidad y contribuyen al desarrollo de competencias genéricas de ética y ciudadanía.
Durante el semestre 2024-1, los estudiantes de los mencionados cursos, divididos en dos grupos, viajaron a diferentes localidades del país. El curso de prácticas 1, a cargo de los profesores Guillermos Salas y Alejandro Diez, viajó a las localidades de Cusco y Piura; mientras que el curso de prácticas 2, a cargo de los profesores Oscar Espinoza y Valentina Cappelletti, viajó a las regiones de Iquitos y Tumbes.
Estas salidas sirvieron para que los estudiantes pusieran en práctica sus conocimientos y habilidades en la investigación etnográfica. La práctica incluyó el manejo y levantamiento de información secundaria sobre las localidades visitadas, el reconocimiento de problemas sociales relevantes en diálogo con las comunidades, y el desarrollo de habilidades de trabajo colaborativo. El proceso culminó con la devolución de resultados a la población, asegurando la participación activa de los estudiantes.
El profesor Alejandro Diez comenta que estos cursos son una experiencia esencial para el desarrollo profesional de los estudiantes. Las localidades para las investigaciones se eligen en función de la experiencia de los docentes y el interés que puedan tener para el aprendizaje de los estudiantes y la generación de nuevo conocimiento. A menudo, se seleccionan lugares que los profesores conocen previamente y donde ya tienen contactos, aunque también se exploran nuevas áreas que pueden ser interesantes para su estudio.
Estos cursos proporcionan un primer contacto directo y guiado con el trabajo de campo, lo que es fundamental para el posterior desarrollo del trabajo individual de cada estudiante, especialmente para su tesis. Los estudiantes desarrollan habilidades cruciales como la capacidad de inserción en el espacio de campo, adaptación a diferentes ritmos de vida, empatía y contacto con la población, así como la capacidad de resolver problemas prácticos. Además, aprenden a abordar temas de investigación, recoger información y desarrollar un primer trabajo de análisis y redacción de resultados.
Por su parte, la profesora Valentina Cappelletti comenta que estos cursos desempeñan un papel fundamental en el desarrollo profesional de los estudiantes de antropología. Los mismos fomentan habilidades interpersonales y éticas, permitiendo a los estudiantes aplicar herramientas teóricas y metodológicas en un entorno real. La interacción con organizaciones y contextos relevantes prepara a los estudiantes para futuras carreras en campos tanto académicos como extraacadémicos, brindándoles la oportunidad de experimentar las realidades del trabajo antropológico de manera práctica.
Los desafíos que enfrentan los estudiantes incluyen adaptarse a un entorno nuevo, comprender a las personas de la localidad, resolver problemas prácticos y superar sus propios prejuicios y miedos. Por su parte, los docentes deben preparar el campo, establecer contactos y logística, supervisar el trabajo de los estudiantes, y resolver problemas que estos no puedan solucionar.
“El curso refuerza la capacidad para diseñar y llevar a cabo investigaciones independientes y adaptarse a diversas situaciones que son habilidades valoradas en el ámbito profesional y ayuda a desarrollar una mayor sensibilidad hacia la diversidad cultural, un aspecto fundamental en la práctica antropológica y necesario para la convivencia en general”
Valentina Cappelletti
Existen diferencias significativas entre la Práctica de Campo 1 y la Práctica de Campo 2: mientras que la primera se centra en la familiarización inicial con el trabajo de campo, donde lo más importante es la experiencia del alumno, desarrollando empatía y habilidades intuitivas para la interacción con la población local, la segunda es un curso más avanzado que exige un mayor rigor en el diseño de investigación, análisis e interpretación de datos, aplicando instrumentos, métodos y técnicas aprendidos en cursos de metodología, y promoviendo una reflexión crítica sobre las prácticas y enfoques empleados.
Para ambos profesores, estos cursos, distintivos de la especialidad de Antropología en la PUCP, representan una ventaja significativa para los estudiantes frente a los de otras universidades, tanto a nivel nacional como internacional, al ofrecer una preparación integral y práctica que pocas formaciones académicas brindan. Además, constituyen una experiencia transformadora tanto para los estudiantes como para los docentes, creando un espacio de aprendizaje mutuo y permitiendo a los estudiantes explorar su vocación, decidir si desean seguir este camino profesional, y beneficiarse de la mejora continua del curso, que es clave para su éxito.
“El trabajo de campo es fundamental en la formación de antropología e incluye los dos cursos de prácticas y el “trabajo de campo” de fin de carrera, son una característica distintiva en la formación antropólogos en la PUCP. Y ciertamente una gran ventaja para nuestros estudiantes frente a los de otras universidades”.
Alejandro Diez
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